Los GMOS pueden tener consecuencias negativas en el entorno cuyo abasto es difícil de predecir
Los GMOS siguen siendo en nuestros días auténticos desconocidos para los consumidores. En algunos casos nos suenan, en otros creemos que sabemos lo que son o tenemos una opinión basada en informaciones sesgadas o erróneas. Conocer más sobre ellos arrojará luz sobre sus desventajas, y concienciar sobre ellas es lo que nos proponemos con este artículo.
GMOS son las siglas de Genetically Modified Organism o alimentos genéticamente modificados, y engloban a todos aquellos organismos que han sufrido transformaciones en su material genético de una forma artificial. En otras palabras, que los humanos hemos cambiado su genética para que se ajuste a nuestros intereses de alguna u otra forma. Para llevar a cabo estas modificaciones, se utiliza material genético de otra especie en aquél organismo que nos interesa cambiar, y así obtenemos ese especimen que queríamos y que la naturaleza no nos daba.
Ponemos varios ejemplos en algunos alimentos conocidos: gran parte del maíz utilizado en Estados Unidos ha sido modificado para ser más resistente a los herbicidas, con la soja también se han utilizado estas técnicas para contribuir a reducir el colesterol malo, y con los tomates se ha procurado que sean más resistentes al transporte y a las plagas mediante estos métodos.
¿Fácil, no? En la vida, todo tiene un coste, así que, como podéis intuir, esta transformación no nos sale gratis. Por un lado, es cierto que no podemos afirmar (tampoco desmentir), que consumir este tipo de alimentos sea perjudicial para la salud (aunque algunos estudios demuestran que los alimentos genéticamente modificados pueden desencadenar una serie de trastornos intestinales que se relacionan con la sensibilidad al gluten), pero por otro, sí podemos decir que su producción tiene consecuencias en el entorno.
Volvamos al caso del maíz, que puede servir para ilustrar este daño medioambiental. Decíamos que se ha buscado un maíz resistente a los herbicidas, pues todo esto puede estar muy bien hasta que estos organismos empiezan a crecer fuera de la plantación, ya que pueden invadir otras zonas y, al ser tan resistentes, pueden suponer cambios no naturales en el entorno. Es un ejemplo, pero cada alteración genética puede tener sus propias consecuencias, como crear nuevas resistencias, tener impacto en la biodiversidad, afectar de distinta forma a los animales y un largo, larguísimo etcétera. Pensemos que, además, estos genes modificados pueden transferirse a otras plantas, el descontrol está servido.
Y todo esto sin nombrar que existe un potencial problema en la comercialización de los productos, ya que si se dan este tipo de transferencias, los productos no son los mismos, y un alimento que antes era ecológico deja de serlo, así que habrá que cambiar como mínimo el etiquetado, pero lógicamente puede repercutir también en el tipo de comprador y hasta en el modelo de negocio.
Llegados a este punto, es posible que digáis; “Si tan malos son, por qué se siguen produciendo alimentos OGMS?” Pues porque, bien gestionados, producen ventajas económicas para los productores, pero ¿qué hay de los consumidores? Pues poca cosa, o más bien nada, eso es lo que le aportan a día de hoy. Ni a efectos de calidad del alimento, ni en sus características, ni tan solo podemos afirmar que en el precio.
Con todo lo que acabamos de decir, obviamente no estamos a favor de los GMOS, ni falta que hace, porque la naturaleza es sabia y hace las cosas muy bien. Y ese es otro de los aciertos de Beyond Meat, cuyos productos tienen por principio no utilizar en ningún caso GMOS, y optar por alimentos 100% de origen vegetal y con el máximo respeto al medioambiente. Por eso, si te preocupa el medioambiente, te aconsejamos que tengas en mente siempre productos como la Beyond Burger o la Beyond Sausage, deliciosamente sostenibles.
Desde Zyrcular Foods, creemos que la carne vegetal debe ser responsable a todos los niveles, ya que de lo contrario pierde su esencia. Creemos también en las bondades de la proteína vegetal y en la alimentación plant based. En definitiva, creemos en el mundo del mañana.