La dieta flexitariana se está popularizando cada vez más. El estudio The Green Revolution, de Lantern, confirma que el 13% de la población residente en España mayor de 18 años es veggie, es decir, 5.1 millones de personas. Es un aumento muy considerable comparado con el 7,9% de personas veggies que había en nuestro país en 2017.
Parece que nos estamos concienciando de la importancia de actuar contra el cambio climático. Gracias a pequeñas modificaciones en nuestra dieta, podemos cambiar las cosas. En definitiva, una alimentación flexitariana aporta muchos beneficios, tanto al medio ambiente como a tu salud. Te hago un resumen a continuación:
Tipos de dietas veggie
Antes de empezar, es importante que conozcas las diferencias que existen entre los distintos tipos de dietas plant-based.
- Flexitariana. Su nombre proviene de los términos “flexible” y “vegetariano”. Nos referimos, por lo tanto, a una dieta vegetariana flexible; es decir, no se eliminan los productos de origen animal, pero se reducen.
- Vegetariana. Se enfoca en la alimentación a base de verduras. Incluye frutas, verduras, legumbres y también algunos derivados de animales, como leche, huevos y miel. Dependiendo de los productos que incluimos en la dieta, hablamos de ovolactovegetarianos, ovovegetarianos o lactovegetarianos.
- Vegana. Se basa en una alimentación 100% vegetal. Excluye productos procedentes de animales, como son la carne, el pescado o el marisco, y también sus derivados, como la leche, los huevos y la miel.
Nos referimos a la suma de estos tres tipos de alimentación como veggie, así que las personas veggies son aquellas que siguen una dieta flexitariana, vegetariana o vegana.
Una dieta más sostenible
Al optar por seguir una alimentación flexitariana ayudas a reducir la huella que dejamos en el planeta. Si te interesa el tema, te recomiendo este artículo publicado por la ONU, junto con su Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC).
Más de un centenar de científicos han elaborado estudios para entender cuál será nuestro futuro si el cambio climático sigue a este ritmo tan acelerado. El informe recoge medidas y soluciones para que se elaboren planes de actuación, y una de ellas es reducir la huella de carbono mediante una dieta flexitariana.
Una dieta más saludable
Eligiendo una alimentación flexitariana no solo cuidas al planeta, también te cuidas a ti.
El hecho de seguir una dieta plant-based nos aporta una cantidad de fibra muy considerable, y eso favorece a la salud intestinal y lo asociamos a la posibilidad de prevenir el cáncer de colón y de próstata.
Los vegetales también son ricos en potasio y nos ayudan a controlar la hipertensión, ya que se trata de un mineral diurético que favorece la regulación de los niveles de sodio en la sangre, y en consecuencia, evita las subidas de tensión.
Además, las frutas y verduras son alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas. Al ser la base de la alimentación flexitariana, nos ayudan a proteger las células de ataques que provengan del exterior y de su propio envejecimiento.
Los vegetales también nos aportan minerales. Al ingerirlos obtenemos calcio, que nos ayuda a mantener los huesos fuertes. Y, además, también son una fuente de vitamina D, la encargada de fijar ese calcio a nuestros huesos.
Por último, si priorizas la proteína vegetal en tu dieta reducirás la ingesta de grasas saturadas y colesterol, ya que este último no se encuentra en el mundo vegetal.
Estos son los principales beneficios de seguir una dieta flexitariana. Como ves, priorizar los vegetales genera un impacto positivo para el planeta y para tu salud.